Cada año, cuando octubre se despide y el aire comienza a enfriar, algo cambia en el ambiente. El viento sopla distinto, la neblina aparece en las mañanas y las calles se llenan de colores y aromas. Es la señal de que se acerca una de las celebraciones más queridas de México: el Día de Muertos.
En estas fechas, la naturaleza parece unirse al homenaje que rendimos a quienes ya partieron. El clima otoñal no solo acompaña la temporada: ayuda a crear el ambiente especial que la hace única.
La Naturaleza Como Parte Del Significado

El Día de Muertos está lleno de elementos que provienen de la naturaleza. Cada uno tiene un propósito simbólico que, con el tiempo, se ha mantenido vivo en los altares y celebraciones.
El fuego de las velas representa la luz que guía a las almas en su camino de regreso; el agua, la pureza y el descanso después de su largo viaje; la tierra, la base que sostiene los alimentos y las flores, y el aire, presente en el movimiento del papel picado, simboliza el espíritu que conecta ambos mundos.
Las flores de cempasúchil, por ejemplo, son una de las manifestaciones más visibles de esta unión entre naturaleza y tradición. Su color intenso y su aroma sirven como guía para los difuntos, marcando el camino hacia las ofrendas. A su alrededor, el clima otoñal acompaña con brisa fresca, tardes tranquilas y una neblina ligera que parece envolverlo todo.
Así, la naturaleza no solo adorna la celebración: forma parte de su significado profundo, recordándonos que la vida y la memoria también florecen con el paso del tiempo.
El Lenguaje Del Viento En Las Tradiciones

En distintas regiones de México, el viento tiene un significado especial durante el Día de Muertos. Se cree que es el medio por el cual las almas viajan para visitar a sus seres queridos. Por eso, cuando el papel picado se mueve suavemente sobre la ofrenda o una vela titila sin motivo aparente, muchos lo interpretan como una señal de que los espíritus ya están presentes.
El aire no es un simple elemento del entorno: le da vida al altar. Hace que las velas respiren, que las flores de cempasúchil se agiten y que el aroma del incienso se extienda por la casa. En los pueblos, el sonido del viento entre los árboles o el murmullo que se cuela por las ventanas recuerda que el mundo de los vivos y el de los muertos se encuentran más cerca que nunca.
Así, el viento se convierte en una presencia constante, un visitante silencioso que anuncia el regreso de los recuerdos.
Tradición, Hogar Y Recuerdos Que Permanecen

En el Día de Muertos, los recuerdos se sienten en el aire. Cada aroma, cada flor y cada movimiento del viento nos conecta con quienes dejaron huella en nuestra vida. Es una fecha para abrir las puertas, compartir y dejar que la tradición nos abrace.
En casa, también podemos crear ese ambiente lleno de significado: cálido, cómodo y listo para disfrutar de cada momento. Con Frikko, mantener el clima perfecto para vivir esta temporada es tan sencillo como encender el espíritu de las fiestas.
Porque celebrar nuestras tradiciones también es disfrutar del presente, con un ambiente ¡FRÍO, FÁCIL, FANTÁSTICO!